“Al comienzo, la sensación es la misma que cuando una canción triste y pegadiza se instala en tu cerebro” (..) Canta algo alegre, te dices, canta algo alegre.
Poco a poco, las dudas te muerden las uñas. Los ojos se te inyectan en preguntas.
Y en el espejo ya no te puedes ni mirar.
¿Por qué no puedes dejar de pensar en esa nube de ceniza?
¿Por qué no puedes espantar de tu pecho a esa jauría de ideas feas y dañinas?
¿Por qué la canción sigue sonando entre tus huesos?
¿Por qué te duelen tanto los celos?”
Luna Miguel (2015)
Esta poesía trata de reflejar las emociones que sentimos ante un episodio de los celos. Una nube de ceniza cargada de sospechas y dudas que aparece para alterar la serenidad del hombre, sumergiéndole en un paraje oscuro, cargado de negatividad, dolor y pesimismo, del cual no puede salir.
¿PERO QUÉ ENTENDEMOS REALMENTE POR CELOS?
El término celosproviene del griego Zealousy se define como una emoción compleja negativa surgida ante la sospecha real o imaginada de una amenaza a una relación que se considera valiosa. Los celos reflejan un miedo a perder algo que creemos que nos pertenece y que apreciamos mucho.
El vínculo que se establece con la persona que creemos amar y la sensación de sentirnos queridos o especiales es muy gratificante. Sin embargo, uno de los grandes equívocos es pensar en el concepto del amor y de la pareja con tintes de posesión o pertenencia.
Mi pareja no es mía y los celos no son amor.
Una vez la relación se va consolidando, puede ocurrir, en determinados modelos de pareja, que alguno de los miembros necesite controlar a la otra persona para sentirse más seguro. Algunos ejemplos pueden ser: Querer saber el contenido y el destinatario de mensajes de los Whataspps o E-mails, conocer con quién habla el otro o a qué se dedica en el trabajo; cuestionarse determinadas maneras de vestir en ciertas situaciones o aficiones, desconfiar de sus amistades, etc.
Sushine es un corto de tres minutos del autor brasileño Guilherme Marcondesque refleja cómo en ocasiones los celos pueden derivas en situaciones de maltrato. Todas estas conductas son señales de alerta que nos avisan de que la manera en la se está consolidando la relación se basa en la desconfianza, los celos, el control y la inseguridad.
Este cortometraje muestra de forma escalonada el comienzo de un avance de conductas machistas, a continuación, se presenta una Escalera clínica sobre violencia de género, que puede darse varón-mujer o mujer-varón:
Es muy importante que ambos miembros abandonen la intención de posesión, porque nuestra pareja no nos pertenece y, en una pareja sanamente conformada, no hay necesidad de conocer cada uno de los actos y secretos más íntimos de la persona. Si sentimos esa necesidad, es la expresión del miedo a perder a la otra persona, por tener conflictos sin resolver que entorpecen el establecimiento de vínculos interpersonales sanos.
Por ello, debemos tener claro que nuestra pareja es libre y nosotros no tenemos derecho a decidir sobre ella. Esto no implica que la queremos menos, sino que por el contrario lo hacemos de una forma más sana.
El segundo error más común es pensar que los celos son una declaración de amor “te quiero tanto que me da pánico perderte”, “preocúpate cuando deje de tener celos, porque entonces ya no estaré enamorado/a de ti”. Como ya hemos mencionado, son un constructo racional en respuesta al miedo por perder algo importante para nosotros.
Los celos hacia la pareja hablan de nosotros mismos.
Debajo de esto puede estar ocurriendo lo siguiente:
1. Intolerancia a la incertidumbre: Existe la creencia de que tenemos que conocer qué hace o piensa nuestra pareja en todo momento, este pensamiento nos llevará a perder la individualidad de la otra persona hasta anularla poco a poco.
2. Desconfianza: Muchas personas son propensas a la desconfianza o la suspicacia lo cual les impide entregarse por completo al otro. Este rasgo les lleva a ver intenciones maliciosas en sus amigos o sus parejas, mostrándose constantemente a la defensiva. Puede ser expresión de heridas emocionales sufridas previamente en la familia de origen o en relaciones previas.
3. Memoria selectiva: Algunas veces no es algo irracional, sino que se ha producido unainfidelidad y no son sospechas injustificadas. Sin embargo, esta experiencia negativa, en ocasiones, nos brinda la excusa perfecta para justificar una celosía perenne: “Si ya han sido infiel conmigo una vez, puede volver a ocurrir”. Si eliges perdonar y aceptar a la otra persona, aunque sea costoso, implica la confianza total de nuevo.
4. Manera de comunicar:En estos casos, es habitual encontrarnos con que la pareja no expresa con naturalidad y de forma sincera sus sentimientos (“Qué celoso estoy”), en su lugar, utiliza formas de comunicación inadecuadas o indirectas acompañadas de hostilidad, lo que provoca que la otra persona se ponga a la defensiva, y en consecuencia, piense que la agresividad es un fundamento para sospechar. De esta forma se corre el riesgo de entrar en un bucle de celos y falsas sospechas infundadas.
5. Inseguridad.Las personas inseguras tienden a pensar que son inferiores a los demás, pueden pensar que no son lo suficientemente interesantes como para hacer que perdure la relación, ejerciendo por ello una estrecha vigilancia o control sobre la otra persona. No se fía de que su pareja le quiera porque ni él/ella se quiere.
El poder de los celos
Los celos atacan a nuestras inseguridades y provocan un distanciamiento entre la imagen real y la ideal de nosotros mismos. Por ello, el “supuesto rival” no será alguien de “carne y hueso”, sino más bien la imagen proyectada de su “yo ideal”, de lo que se quiere llegar a ser. Lo cual genera una tendencia a pensar que el rival dará a nuestra pareja todo aquello que quisiéramos tener y no tenemos.
La gente suele pensar que es imposible “dejar de ser celoso/a”, sin embargo, esto no es así, hay que reforzar la autoestima y la confianza tanto a nivel personal como en la relación. Es importante aceptar los sentimientos que experimentamos e intentar comprenderlos para poder hablarlos con nuestra pareja.
¿Reaccionamos igual los hombres y las mujeres ante una posible infidelidad?
Aunque cada persona es un mundo y responde de manera particular, según los estudios, en general, los hombres se sienten más preocupados que las mujeres por una hipotética infidelidad sexual de sus parejas y que las mujeres se sienten peor que los hombres ante una hipotética infidelidad emocional.
Algunos estudiosos afirman que la base de este planteamiento podría residir en la predisposición genética, aquí encontramos dos ideas principales:
1. En las mujeres la reproducción está limitada por los nueve meses de embarazo y las posibilidades de reproducción de sus genes quedan reducidas al éxito del zigoto en curso, mientras que los hombres tienen la capacidad de fecundar un número indeterminado de mujeres sin esta limitación.
2. La mujer siempre tendría la certeza de que el hijo que espera es suyo y perpetuaría sus genes, mientras que el hombre, para conseguir esa seguridad sobre su paternidad, debe vigilar y controlar el comportamiento sexual de su pareja para asegurarse de que sólo ha mantenido relaciones sexuales con él.
Con esto, las mujeres evolucionarían hacia los celos emocionales, donde la importancia recae en que su pareja fuera fiel emocionalmente y no dirigiera sus recursos a otra mujer y a otros hijos.
Por otra parte, en el caso de los hombres, la evolución hacia los celos sexuales tiene que ver con el intento de garantizar la paternidad y continuidad de sus genes, lo que implica una pareja sexualmente fiel.
Parece que cada vez encontramos mayor variabilidad, no obstante, sí parece haber un acuerdo sólido sobre la existencia de mayor estrés y preocupación en las mujeres ante la infidelidad emocional en comparación con los hombres. Este planteamiento está en consonancia con un origen biológico mediado por el contexto sociocultural, responsable de la mayor importancia que las mujeres conceden a las relaciones, donde la pérdida de compromiso y de intimidad son aspectos inmersos en una infidelidad emocional y amenazan la continuidad de la pareja.
Cómo abordar los celos
Independientemente de que seas hombre o mujer, estos son algunos consejos para superar los celos:
1. Sé racional: Es importante pensar si la amenaza que te preocupa es real o imaginaria, ya hemos visto que los celos pueden magnificar cosas pequeñas y reflejar tu “yo ideal”, dando lugar a una idea desproporcionada de la realidad. Reflexiona si ocurre algo que merezca ser hablado o es un miedo tuyo o una incertidumbre que necesitas aprender a tolerar.
2. Trabaja tu autoestima: Algunas recomendaciones incluyen no ser tu propio juez, adquirir una definición amable de ti mismo, evitar las comparaciones con los demás, trabajar aquello que deseas mejorar y localizar tus puntos fuertes. Y recuerda, no tenemos que ser perfectos para que alguien nos quiera.
3. Fomenta la confianza en la relación: Cada miembro debe tener su espacio de intimidad, si el/ella sale con amigos, no pienses lo peor ni fantasees por todo, evita realizar un interrogatorio a su llegada o llamar cada 5 minutos. En su lugar, disfruta de aquellas cosas que te gustan y te hacen sentir bien.. Te interesa que tu pareja tenga su propio espacio porque eso le enriquece y potencia la relación.
4. No te conviertas en detective de tu propia relación: No es sano saber con quién habla o cuál es su contraseña de Facebook, recuerda que cada uno tiene su espacio y lo sano es confiar en tu pareja. Ya hemos visto que no somos dueños de la otra persona, una relación que no es libre no es una relación de amor, será de sumisión, de conveniencia, de miedo…. Pero no de pareja libre.
5. Redirige la energía que utilizas para controlar en cuidar a tu pareja: Pasa tiempo de calidad con tu pareja y con vuestros amigos, sé cariñoso, presta atención a sus necesidades y recuerda que la desconfianza no te llevará a ningún lado.
6. Empatiza: Trata de expresar tus sentimientos honestamente y de forma directa, clara y amable, los reproches y las críticas no van a beneficiar la conversación.
7. Acepta que hay cosas que no están bajo tu control:Reconoce que no puedes controlarlo todo ni prever determinadas circunstancias, por muchas medidas de seguridad que tomemos. Así que mejor disfrutar del tiempo que pasamos con la otra persona a perderlo sufriendo y cargados de temores.
Marta Carrión Sánchez. Psicóloga.
Alejandro Villena Moya. Coordinador Unidad de Sexología Clínica y Salud Sexual.
Grupo de Trabajo e Investigación en Sexualidad.
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