"¡Qué complicado ser mujer!" Me decía una paciente el otro día en una sesión, cansada de tener que estar prestando atención a su ciclo menstrual todos los meses.
La menstruación femenina sigue siendo un tabú para muchas mujeres. La falta de información y el desconocimiento sobre el funcionamiento del ciclo, sus fases, signos y síntomas producen serias dudas en las mujeres generando malestar.
Es habitual encontrarse en consulta, con algunas mujeres que transmiten dicho desconocimiento y muestran preocupación respecto a su ciclo menstrual, y a cómo este puede estar influyendo diversos aspectos relacionados con su sexualidad.
La gran mayoría de las mujeres experimentan diversos síntomas en sus ciclos menstruales, como por ejemplo dolor abdominal, hinchazón en las mamas, aumento del acné, etc… Sin embargo, no conocen el porqué de dichos síntomas. En la práctica clínica, podemos observar como muchas de estas mujeres presentan cambios sintomáticos y se sienten perdidas ante dichos cambios.
En este post, hablaremos sobre el ciclo menstrual femenino, enumerando en primer lugar de forma anatómica el aparato reproductor femenino, qué hormonas están involucradas en el ciclo menstrual, cómo responde el cuerpo ante dichas hormonas y cómo podemos saber en que parte del ciclo nos encontramos. Nuestro objetivo es aclarar dudas que se puedan tener en relación al ciclo menstrual, hablando de ello de forma natural y respetuosa.
La anatomía femenina.
Para empezar ha hablar sobre el ciclo menstrual puede ser interesante hacer una breve explicación anatómica del aparato reproductor femenino y para qué sirve cada una de sus partes.
Los órganos que forman el aparato genital femenino se dividen en órganos genitales externos y órganos genitales internos. Los externos son visibles desde el exterior y en su conjunto constituyen la vulva, siendo los labios internos, externos, clítoris, introito vagina (exterior de la vagina) y el exterior de la uretra. Mientras que los órganos genitales internos no son visibles desde el exterior, ya que se encuentran situados en el interior de la pelvis, siendo estos los Ovarios, Trompas de Falopio, Útero, Cuello Cervical o Cérvix y Vagina.
Los Ovarios se sitúan en el extremo superior del útero conectándose a este por las Trompas de Falopio. Los ovarios tienen la función de almacenar folículos generando la maduración de un solo óvulo en cada ciclo. En este proceso de maduración se segrega una hormona llamada estrógenos.
Las Trompas de Falopio son dos largos conductos situados a cada lado del útero y conectados con los ovarios por los cuales el óvulo desciende hasta el útero en la ovulación. El tiempo de vida media del óvulo una vez liberado es de 12 horas.
En la cavidad interna del Útero se encuentra el endometrio, una capa mucosa que recubre la cavidad uterina. Esta capa mucosa cambia de grosor y de estructura a lo largo del ciclo como consecuencia de la acción de las hormonas ováricas, descamándose en forma de sangre al final del ciclo.
El Cuello Uterino o Cérvix es el canal que comunica la vagina con la cavidad uterina y es también un canal mucoso el cual segrega distintos tipos de flujo según la etapa del ciclo hormonal. Las encargadas de generar este tipo de flujo son las criptas.
¿Qué es el ciclo menstrual femenino?
El ciclo menstrual femenino es la consecución de distintas fases de forma cíclica. Dicho ciclo dura más o menos 4 semanas, sin embargo, hay mujeres que tienen ciclos más largos o más cortos, pero todos están regulados por hormonas procedentes de la base del cerebro, la hipófisis y por hormonas procedentes del ovario. Se divide en tres fases, fase preovulatoria, fase ovulatoria y fase postovulatoria.
1. Fase preovulatoria o fase folicular. En esta fase la hipófisis genera la hormona FSH (hormona estimulante del folículo) que pasa a la sangre llegando al ovario. Cuando l hormona en sangre llega al ovario comienza la maduración del óvulo y estimula el folículo. A medida que crece el folículo va generando estrógenos. Esta hormona tiene un papel fundamental en el ciclo hormonal, ya que cuando los estrógenos llegan a su máximo nivel la hipófisis genera la hormona LH (hormona luteinizante), hormona encargada de la ovulación.
2. Fase ovulatoria. Una vez que los estrógenos son liberados se libera la hormona LH, la cual necesita alcanzar su pico máximo para que se produzca la ovulación. La LH rompe el folículo liberando el óvulo el cual comienza su descenso hacia el útero por las trompas de Falopio.
3. Fase postovulatoria o fase lútea. Una vez producida la ovulación, el folículo que contenía el óvulo se convierte en cuerpo lúteo o cuerpo amarillo, el cual tiene como función producir progesterona. Dicha hormona tiene como función bloquear la secreción de FSH evitando así la maduración de otro folículo y evitando por consiguiente otra ovulación. Cuando la progesterona aumenta su nivel en sangre, la capa interna del útero, el endometrio, comienza a aumentar de tamaño, engrosándose para acoger al óvulo fecundado en el caso de que se haya fecundado.
En el caso en el que no se haya producido el embarazo ambas hormonas, progesterona y estrógenos, descienden llegando a niveles mínimos y originan la descamación del endometrio, el cual es expulsado del cuerpo en forma de sangrado (menstruación). Es en este punto cuando comienza un nuevo ciclo.
El ciclo menstrual y su duración es diferente en cada mujer. Existen ciclos mas largos o más cortos. La fase preovulatoria tiene una duración variable, pero, sin embargo, la duración de la fase postovulatoria es constante. Esto significa que desde el momento de la ovulación (mayor fertilidad) hasta la descamación del endometrio (menstruación) pasan mas o menos dos semanas (12 – 16 días).
¿Cómo podemos saber en qué fase del ciclo nos encontramos?
Mediante la observación del cuerpo y de sus flujos podemos conocer en qué fase nos encontramos. El moco cervical, el cual es producido por las criptas cervicales del cérvix o cuello del útero, es el mayor indicador de las distintas fases, ya que este cambia en forma y espesor. Existen dos tipos de moco cervical, Moco estrogénico o moco tipo E y Moco gestagénico o moco tipo G.
- Moco estrogénico o moco tipo E: como su propio nombre indica, dicho moco depende de la secreción de los estrógenos y tiene a su vez tres tipos de presentación.
-Moco L: tiene un aspecto apelotonado y grumoso. Tiene como función la selección de los espermatozoides y se genera una semana antes de la ovulación.
-Moco S: tiene una estructura filamentosa, se presenta de forma elástica y transparente. Dicho moco tiene como función el transporte de los espermatozoides hacia el interior del útero con el fin de fecundar al ovulo y la capacitación espermática proceso por el cual los espermatozoides residen en el cérvix tras la eyaculación y se alimentan de los nutrientes del moco cervical. Este tipo de moco se produce 2 o 3 días antes de la ovulación.
-Moco P: solo aparece en la ovulación en muy pequeña cantidad dificultando así su visualización. Se presenta de forma parecida al moco S. Se presenta en la fase fértil del ciclo.
- Moco gestagénico o moco tipo G. Su secreción depende de la progesterona. Tiene apariencia blanquecina y grumosa, lo cual dificulta la entrada y el avance de los espermatozoides por el canal cervical hacia el interior del útero. Este tipo de moco aparece en la fase infértil el ciclo.
¿Cómo repercute el ciclo menstrual?
Dado que el ciclo menstrual está formado por distintas fases, nuestro cuerpo reacciona de distinta forma en cada una de ellas generando síntomas y signos. Debemos tener en cuenta que dichos síntomas se dan en tres aspectos.
FASE POST OVULATORIA: En primer lugar, en la fase postovulatoria o fase lútea, lo síntomas más comunes a nivel físico son, calambres o dolor abdominal, hinchazón abdominal, mayor sensibilidad mamaria, aumento del acné, fatiga, etc. A nivel emocional, los síntomas más comunes son, mayor irritabilidad, mayor sensibilidad, tristeza, ira, o llanto. Sin embargo, cada mujer es distinta y según su personalidad pueden aparecer o no dichos síntomas. Por último, a nivel conductual, podemos observar una disminución de la concentración, menor apetencia social, olvidos, menor motivación y aumento de apetito. Todo ello termina con el final del sangrado menstrual.
Cuando la persona experimenta dichos síntomas de forma agravada, podemos estar en presencia de un Trastorno Disfórico Premenstrual (TDPM). Dicho trastorno desencadena un bajo estado de ánimo, depresión, angustia y cambios bruscos, incontrolables e involuntarios de alegría y tristeza, pudiendo pasar fácilmente de la risa al llanto. Estos síntomas pueden interferir de forma notable la vida cotidiana de la paciente, como, por ejemplo, en la vida laboral, social e interpersonal, generando un malestar significativo. Es por todo ello por lo que si se siente identificada debe consultar con su médico.
FASE OVULATORIA: en la fase ovulatoria, sin embargo, podemos observar cómo los síntomas más comunes a nivel emocional son, alegría, mayor eficacia, mayor estabilidad emocionalmente y aumento de autoestima. Es común que las mujeres se sientan más atractivas sexualmente en dicha fase del ciclo menstrual. Respecto a los síntomas conductuales, aumento de la libido, aumento de la concentración, mayor agudeza, y aumento de la motivación. Por último, respecto a los síntomas físicos, como bien hemos mencionado anteriormente, el atractivo de la persona de exacerba, podemos estar en presencia de calambres abdominales, aumento de la temperatura basal, hinchazón de las mamas y aumento en cantidad y transparencia del moco cervical.
¿Para qué sirve conocer tu ciclo menstrual?
Como hemos mencionado anteriormente, mediante la observación de los cambios que sufren las mujeres como consecuencia de las distintas fases, podemos conocer en qué momento del ciclo menstrual se encuentra. Esto permite controlar por ejemplo, de forma natural la fertilidad. Mediante el Método Billings podemos conocer en qué fase nos encontramos observando y analizando el moco cervical expulsado, es por ello por lo que se utiliza como método de fertilidad o anticonceptivo natural.
El Método de la Temperatura Basal, tiene el mismo objetivo, sin embargo se requiere tomarse la temperatura de forma diaria antes de levantarse de la cama, ya que el flujo hormonal que interviene en el ciclo hace que la temperatura corporal aumente o disminuya en función de la presencia de una u otra hormona.
A su vez, conocer el ciclo menstrual servirá, no sólo para controlar la fertilidad de la persona, sino para conocer biológicamente el funcionamiento del cuerpo, entender las emociones y las conductas, es decir, para conocer en conjunto a la persona.
Para terminar, queremos destacar la necesidad de acudir a su médico si se ha sentido identificada con alguno de los síntomas, le preocupa algo, tiene alguna duda o tiene molestias mayores a las mencionadas y, por supuesto, estaremos a su disposición en el caso en que quiera contactar con nuestros profesionales y ayudarle en aquello que necesite. (contactar@doctorcarloschiclana.com)
Sofía Barrio Lezama.
Psicóloga.
Grupo de Trabajo e Investigación en Sexualidad.
Consulta Dr. Carlos Chiclana.
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